La aplicación de mensajería instantánea WhatsApp, hoy parte del gigante Facebook, ha sido advertida para detener la práctica de compartir información de usuarios con la red social Facebook. Esta práctica fue denunciada por la agencia de seguridad francesa CNIL, una de las más importantes y estrictas de Europa en todo lo relacionado con privacidad e información en el mundo digital.

Los problemas para WhatsApp comenzaron el año pasado cuando, en sus nuevas condiciones de uso, advertía que iba a compartir información del usuario con la red social Facebook. Esta medida está hecha a la medida de las empresas, buscando facilitar el desarrollo de plataformas y esquemas publicitarios para cada tipo de usuario, basado en sus interacciones y gustos. La CNIL investigó la medida y, pese a que desde WhatsApp dijeron que era para mejorar la seguridad de la aplicación, el objetivo final era realizar inteligencia publicitaria y los usuarios nunca fueron advertidos de esta peculiar finalidad.

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WhatsApp y facebook y sus constantes problemas de privacidad

Las leyes europeas son mucho más estrictas que las estadounidenses en lo que se refiere a privacidad, y esto lo demuestran diferentes casos contra la red social a lo largo del viejo continente: Alemania le ordenó a WhatsApp dejar de recolectar información personal en septiembre del año pasado, y en Reino Unido también hubo una denuncia similar en noviembre de 2016. Ahora le toca el turno a Francia, y todo parece indicar que una vez más la aplicación de mensajería tendrá que dar marcha atrás con sus intentos.

La Unión Europea multó en mayo de 2017 a Facebook por 122 millones de euros por brindar información engañosa sobre la adquisición final de WhatsApp. Esto implica que la red social y el mundo tecnológico detrás de Mark Zuckerberg no está en su mejor momento en relación a las autoridades de la Unión Europea, pero de momento las medidas han sido estrictamente financieras y de restricción de funciones nocivas para la privacidad de los individuos.

Resta ver si Facebook intenta por otros medios una medida similar, o si acepta mansamente las directrices de la justicia europea. Todo parecería indicar que una vez más los juzgados están en contra de Zuckerberg y que la empresa deberá desistir de sus mecanismos de ingenería social.