En un tiempo en el cual miles de ciudades del mundo sufren graves crisis por desabastecimiento de agua, se forma el deber de ahorrar todo lo posible para evitar caer en ello y mejorar la vida de otros. No obstante, lograrlo es muy complicado debido a que no podemos medir de forma precisa las cantidades que gastamos y qué porcentaje de la misma es necesaria para tener un ahorro justo, que nos permita mantenernos en límites favorables. Por esta y muchas más razones, llega la ducha Rua, que más que ser un utensilio decorativo para el baño, se convierte en una máquina que casi sin darnos cuenta, nos ayuda a controlarnos.

Disminuir sin terminar una buena experiencia

En promedio, un adulto puede tardarse entre 15 y 20 minutos en la ducha (otros más, por supuesto), y en este período de tiempo se pueden gastar hasta 50 galones de agua, lo que es una cifra bastante alta teniendo en cuenta que con ello una comunidad entera podría preparar los alimentos de una semana. Y es que es precisamente el baño, el lugar del hogar donde más desmedido es el consumo, y por ende es allí desde donde deben surgir cada una de las soluciones.

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En esta ocasión, lo hacen Andy Grigor y sus diseñadores senior que buscaron la manera de que las gotas de agua pudieran cubrir una superficie más amplia, dando la sensación de que hay una cantidad similar a la gastada habitualmente. Para ello, se hace uso del liquido expulsado a través del elegante marco cromado que minimiza el grosor de cada partícula, y dilata la cobertura de las mismas sin disminuir la presión de la corriente. De esta manera, en una familia de 3 personas (por ejemplo), la ducha Rua, funcionará a 1.8 galones por minuto (gpm), mientras que las tradicionales lo hacen a 2.5 gpm, lo que significa que se reducirá el consumo total en 14 galones cada vez que se bañen en casa, y esto resulta en al menos 14.000 galones de agua ahorrados al año.

La ducha puede conectarse al baño con su cabezal, sin mayor trauma, e incluso ser utilizada como ducha de mano, gracias a su sencilla sujeción y a que no depende de otros sistemas para garantizar su funcionamiento.

Esto es tecnología bien pensada y que ayuda al planeta (ante todo).