¿Es tu celular sólo una herramienta de comunicación?

Desde su aparición, el teléfono móvil atrajo la atención del público, esto se debió principalmente  al gran avance tecnológico que significaba: la comunicación en movimiento. Sin embargo y aunque este avance fue la principal causa de su  éxito en el mercado, el status que desarrolló el teléfono celular, y que continua desarrollando, es una de las principales razones de su permanencia y evolución en el mercado.

 

Pero…

Son pocas las cosas que cargamos  a diario y todo el tiempo con nosotros, y a pesar de que algunos hombres opinen lo contrario de las mujeres, la mayoría de nosotros tratamos de cargar las menos cosas posibles cuando salimos de casa, y la mayoría de ellas están en continuo ‘display’ lo que quiere decir que las llevamos puestas o a la vista. Nuestra ropa, joyería, bolso o portafolio dicen cosas de nosotros y de  nuestra personalidad, reflejan nuestra individualidad así como cierto status social.

El móvil por lo tanto se vuelve un aparato que no es sólo una herramienta, sino una representación miniatura de nosotros mismos. Esta aseveración  es explorada en el libro de James E. Katz, ‘Machines That Become Us ‘Las máquinas que se convierten en nosotros’ (2006), en la que Katz nos explica como nuestro móvil, no es sólo un articulo ‘fashion’ sino que  va más allá, se vuelve parte de nuestra apariencia, complementándola y mejorándola.

Esto puede ser observado en la variedad y extensión del mercado para personalizar teléfonos móviles; desde fundas blackberry y temas para blackberry hasta teléfonos diseñados por grandes marcas como Armani, DG y Ferrari. Sin embargo, entre funcionalidad y moda, los diseños más simples y futuristas siguen siendo los líderes en el mercado. ¿Pero va la personalización de nuestro celular más allá de su apariencia exterior?

La llegada del Smartphone ha traído nuevas maneras de personalización e identificación.  El teléfono móvil ya no sólo adquiere una apariencia física, si no también interna, en la que el dueño almacena y tiene acceso a fotografías, email, noticias de interés, juegos y más, ¿será entonces que Katz tiene razón y nuestro teléfono móvil es un ‘mini-me?